Cristina Egea participó en un proyecto de voluntariado en Limoges, Francia

«Siempre recordaré ese año en Francia como uno de los mejores de mi vida. No solo por toda la gente increíble que conocí, con la que me sentí en familia y hoy en día sigo manteniendo contacto o por haber aprendido un nuevo idioma precioso.  También y sobre todo porque me permitió crecer, me dio la posibilidad de conocerme más y de descubrir en parte cómo quería seguir viviendo mi vida. Me dio confianza en mí misma en los ámbitos personal y profesional, y me empoderó enormemente»